“El problema” en Navidad.
Esta fechas en esta parte del
mundo que conozco y en la que vivo, estas llamadas “fiestas entrañables” son más
un problema que una fiesta propiamente dicha.
¿Cuál es el problema,
nosotros o las fiestas?
El problema es nuestra forma
de vivir y de enfocar la propia vida.
Trato de implementar la
filosofía minimalista también a estos aspectos de nuestras vidas…
¿Por qué la filosofía
minimalista y no la cristiana como es la fe en que me educaron?
Porque el actual modo de vida
está tan alejado de la filosofía cristiana como un huevo de chocolate de uno de
gallina.
Me ha sido arrancado de mi
vida toda la forma de vida cristiana por esta sociedad paganizada,
mercantilizada y amoral.
Trato de fusionar la
filosofía cristiana con la forma de vida minimalista que ambas tienen muchísimo
en común…
Los sentimientos de amor más
profundo parten de mi alma cristiana y la práctica y el afrontar la vida le
aplico el modo minimalista, en los
escollos que me encuentro en el camino, si no encuentros una fusión, me
comporto como el agua…fluyo como una suave corriente y no como un tempestuoso
torrente.
Pero siempre fluyo hacia mi
cauce natural…
En estas fechas tan señaladas
de consumo excesivo sin mucho conocimiento, de hipócritas comidas y cenas de
empresa, de forzadas reuniones familiares…
Destacan cada vez más por su número,
los que provienen de hogares rotos por las crisis de los divorcios, de los
desahucios, el desempleo creciente y ya casi masivo…
El núcleo familiar afectado
por el desempleo, además de tener que soportar todos los días la precariedad de
su situación, en estas “entrañables fiestas” soporta la ofensa añadida de las
campañas de consumo navideño desde todos los frentes…no paran de recordarle por
comparación, su estado de anemia monetaria y de estatus social…
Poca o nula diferencia hay entre
este colectivo y el individuo que por la misma crisis, ha perdido el trabajo,
la familia y la casa.
Éste si tiene suerte lo
añadirán sus familiares más cercanos a la forzada reunión familiar, donde
reflexionará de manera íntima sobre lo perdido…
Al ser una fiesta que se
celebra con un consumo de alimentos conseguidos con gran esfuerzo económico,
todos ellos no habituales, todavía le resaltarán más su precaria situación.
Otra cosa sería que no se
celebrara un consumo lujoso…
Que celebráramos la
Natividad, es decir lo que era al principio…festejar el Nacimiento del niño
Dios que está destinado a limpiarnos el pecado original…
Y por lo tanto lo haríamos en
comunión de personas creyentes y contentas del aniversario…Y ahí nadie estaría
sintiéndose mal, al contrario se sentiría miembro no excluido ni falto de nada,
pues las carencias materiales no tienen mucha importancia comparadas con las tenencias
espirituales.
Estoy frontalmente en contra
de estas materialistas y consumistas fiestas navideñas y de año nuevo…
Se que se argumentará que son
buenas para el consumo y para que el dinero fluya por la sociedad creando riqueza…
Pero no es esa “riqueza” la
que considero buena para el conjunto de la sociedad.
Si decido ser coherente con
mi filosofía de vida, estas fechas evito celebrar nada (puesto que nada tengo
que celebrar al modo consumista) tampoco celebro salvo de manera íntima, y lo
hago todos los días de mi vida, la venida del niño Dios, pero lo celebro con la
coherencia de tratar de vivir del modo cristiano.
Aplico mi nueva filosofía de
vida minimalista que en nada confronta con mis creencias cristianas y fluyo en
la vida hasta que sea llamado a reunirme con Dios.
Mundanamente, no deseo ni
quiero ofender a los que me invitan a celebrar fastos en estas fiestas (aunque
no esté de acuerdo en su modo de enfocarlas) asisto de manera forzada y
complaciente por no ofenderlos pues sé que de momento no entienden mi postura,
pero soy parco en la ingesta de bebidas espirituosas y en las exquisiteces culinarias
que me ofrecen, que por lo sustanciosas y escasas en mi dieta habitual sólo
pueden sentarme mal…
Cosa que tampoco entienden y
me critican abiertamente mi postura ascética… pero humildemente acepto sus críticas,
aunque trato de explicarles mi modo de filosofía de vida.
Deseo a mis lectores que celebren
unas fiestas coherentes y felices en
compañía de los que amen, que no hagan excesos, que con su simple compañía y
algún alimento para el cuerpo es suficiente.
También deseo que el año 2013
sea el momento en que reflexionen y den un paso adelante hacia la equidad e
inicien un modo de vida más minimalista si ello es posible.
Un cordial abrazo de Ávalon.
Aquí viene otro abrazo.
ResponderEliminarBien recibido queda amigo Miguel de Luis.
EliminarSoy cristiano y estoy totalmente de acuerdo en que cristianismo y minimalismo son filosofías que encajan muy bien. De hecho una de las cosas que más me llamó la atención del minimalismo cuando empecé a conocerlo, es lo bien que casa con ideas como el contentamiento, el no acumular bienes, el ser sencillos y modestos, ideas muy presentes en la Biblia, sobre todo en el Nuevo Testamento o en libros como Proverbios.
ResponderEliminarGracias por hablar sobre el tema, sobre todo en estas fechas navideñas en las que muchos cristianos se han dejado llevar por la filosofía consumista y han olvidado el verdadero significado de esta celebración. Espero que más cristianos conozcan estas ideas y también que las personas que practican el minimalismo puedan acercarse al cristianismo con un nuevo punto de vista. ¡Jesús fue un gran minimalista!
Gracias por tu estimable aportación amigo Carlos, desde ejemplo podemos los seres humanos dar testimonio de la vida que consideramos sostenible y ética, como digo en mis reflexiones sociales, la revolución debe empezar por uno mismo primero, el ejemplo de tu vida será el testimonio que anime a otros a seguir, si la perciben buena la misma senda.
EliminarMi querido amigo, para mí es un placer agradecerte el doble regalo navideño que supone haber leído este texto tuyo tan ameno, cierto, claro y objetivo, y saberte caminando por el mismo planeta que yo, con esas innegables cualidades personales que te distinguen y honran. Saber de alguien que no solo se ha salido de la alienación consumista sino que tiene un talento evidente para alertar a los que no lo han hecho, utilizando para alertarlos con su mensaje un tono amable y educado, me anima a seguir emulando tu ejemplo. Me uno a todos los que te aprecian para desearte lo mejor en este Nuevo Año y que sea el inicio de la época más feliz de tu vida. Ah! Y mil gracias por tu comentario en mi artículo navideño en LOBIGUS. De ser el único que reciba en ese caso, porque mis seguidores agnósticos están trinando contra mí por mi atrevimiento al publicarlo, el tuyo valdrá por cien. Es que los verdaderos valores humanos son para mí, como allí lo aclaro, infinitamente más importantes y valiosos que cualquier posición filosófica o religiosa, incluyendo la mía. Un fuerte abrazo. Gustavo
ResponderEliminarComo te digo en tu blog:
Eliminar"Siempre la figura pura y virginal de los niños es el mejor medio de expresar la pureza de un pensamiento"
El artículo imprescindible por lo simplemente delicioso, el cuento de Navidad que como poema ético no deberá encontrar reticencias en ningún espíritu humano, lo recomiendo a mis amigos que lo lean, que como digo en tus comentarios: "que valoro mucho viniendo de un agnóstico declarado".
Nosotros (tú y yo) preferimos los valores humanos que nos unen, que las filosofías y religiones que nos puedan separar, que esas son para nuestra alma y privacidad, aunque ni tú ni yo las escondamos vergonzosamente.
El cuento en cuestión para el interesado en lconocerlo, lo podréis ver en http://lobigus.blogspot.com.es/2012/12/el-angelito-mas-pequeno_9071.html
Estas fechas me provocan sentimientos contradictorios.
ResponderEliminarPor una parte odio el consumismo que implican. En muchos hogares las comidas y cenas son auténticos banquetes, los niños reciben multitud de regalos tanto el día de Navidad como el de los Reyes magos, etcétera. Nos hemos pasado todo el año hablando de crisis y de que muchas personas lo pasando fatal pero nos olvidarmos por unos días. Esta parte de las fiestas navideñas me desagrada y entristece.
Por otro lado me encanta reunirme con toda la familia al rededor de la mesa y charlar, ver como les va a todos. Estos días nos reencontramos con amigos y personas queridas, que vienen de lejos para compartir con nosotros momentos entrañables. Esta es la parte que merece la pena.
Un saludo,
Jordi
Gracias por escribir amigo Jordi, somos muchos los que compartimos iguales sentimientos encontrados en estas "entrañables fiestas", por eso mi deseo es que seamos capaces de reflexionar sobre ello.
EliminarUn cordial saludo
Ávalon