Hábitos minimalistas.
Como en la vida deportiva, a
nadie se le ocurre de un día para otro empezar una maratón sin una preparación
previa y adecuada, en la vida cotidiana tenemos que tener las mismas
prudencias.
Reventada la burbuja económica,
nos encontramos en una situación de "ciclogénesis explosiva", es decir han salido a la luz las crisis que permanecían
opacas por la aparente bonanza económica: la corrupción generalizada,
las malas praxis económicas y políticas junto con el despilfarro sin tino.
Nos guste o no, esta
situación requiere determinación no exenta de dolor.
El problema estará en los
tiempos y maneras para que nadie luxe su vida, pero se tendrá que hacer.
Los que aún no han caído en la
catástrofe, esos están a tiempo de corregir sus hábitos, con suavidad y constancia
en el ejercicio, para no luxar su vida; de tal manera que cuando les alcance
(que tienen una gran probabilidad de ello) estarán entrenados para afrontar la
maratón con éxito, (los que han caido, estarán forzados por las circunstáncias ).
A buen seguro, que una vez
entrenados, habrán adquirido el hábito del minimalismo, se sentirán más seguros
(al controlar mejor la situación), más libres, pues habrán roto cadenas esclavizantes
(hábitos de consumo, créditos innecesarios) por lo que conseguirán más y mejor
margen de maniobra, resultando al final, una mejor calidad de vida y sentirse más
felices.
También conseguirán
socializar mejor con su entorno, desde los vecinos y asociaciones y
principalmente con su propia familia (a la que no ve a menudo salvo durmiendo,
dadas las necesidades de cubrir los gastos de hábitos consumistas excesivos).
Se preguntará por qué y para
qué trabaja tanto, su respuesta si plasma sus gastos en una hoja, será demoledora.
Por eso mismo, la primera
acción a tomar es conocer al detalle su balance de situación .
¿De que forma, puesto que no
soy un economista?
Una hoja de cálculo es muy práctica,
más fácil de usar que un papel. En caso de que no se sepa, se deberá subsanar esa
carencia de conocimiento (nadie ha dicho que sea cómodo y fácil el ejercicio).
En esa hoja de cálculo, deberán
aparecer todos los gastos al detalle, impuestos incluidos.
Tendremos una fotografía clara
de por dónde se van nuestros ingresos.
Seremos unos ciudadanos más
conscientes y nos preguntaremos en qué se gastan también nuestros impuestos.
Conocer qué clase de gastos hacemos y
en qué, es determinante para equilibrar nuestro esfuerzo.
Conocer cuales son los
impuestos que estamos obligados a pagar, nos llevará a la cuestión de si nos
parece bien en qué se los gastan nuestros administradores gubernamentales y
periféricos. Seremos pues, unos ciudadanos con criterio.
Iré entrando en detalle
sucesivamente en posteriores entradas, pienso que todavía están (algunos) a
tiempo de comenzar una evolución sicológica hacia un mundo mejor, solo es
cuestión de comenzar por uno mismo primero.
Si quieres cambiar el mundo, comienza por cambiarte a ti mismo se suele decir. Y no sin razón. Uno ha de ser capaz de intentar mejorar siempre.
ResponderEliminarParece una cosa obvia, pero no por ello es seguida y debemos insistir en ello.
ResponderEliminarUn saludo
Sin duda esta crisis es una buena oportunidad para cambiar. Eperemos que los que han cambiado sus hábitos por obligación acaben cogiendo el gusto a vivir de otra manera; si no, en cuanto mejore su situación, vuelta a lo mismo (cosa que ya se ha visto otras veces).
ResponderEliminarMuchas veces las crisis son una oportunidad de cambiar, los que por obligación se han visto obligados a cambiar, creo que van a tener la oportunidad de practicarlo por bastante tiempo por lo que cuentan los que parecen que saben de que va esto, y nadie en su sano juicio querrá volver a equivocarse, pero el que lo decida, allá él con su decision.
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