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Sociedad “garantista”




Vengo observando que  nuestra sociedad “garantizada” tiene muchas luces y sombras por efecto de las propias garantías, que se comportan como disuasorias en exceso o por los excesos mismos.
Cualquier sector que consultes, te responderán lo mismo: es que las garantías coartan…
¿Son buenas las garantías?
¿Son demasiadas?

Me he puesto a la tarea de analizar algunas, el trabajo es tan farragoso y técnico que desisto.
Cada uno en su propio campo de entendimiento deberá realizar esta reflexión.
¿Qué coarta al empresario la contratación?
Según nos cuentan que las garantías de las leyes laborales les desmotivan.
¿Qué coarta al artesano a dedicarse a la reparación “artesana” de mercaderías?
Pues las fiscales principalmente y las garantías del consumidor.
¿Qué coarta el sentimiento de lealtad del empleado para con la empresa que le contrata?
Pues la POCA garantía de permanencia y sobre todo, la garantía de que se comporte como se comporte, cuando vengan malas dará igual, se desharán de él.

Los médicos lo tienen solucionado ya, te hacen firmar un documento que les exime de todo, es o lo firmas, o no te interviene.
Todo lo que tiene que ver con el mundillo de las aplicaciones web, se “curan en salud” haciéndote aceptar sus condiciones particulares o no tienes esa aplicación.

Los fabricantes de mercaderías hacen lo mismo, insertando unas etiquetas donde te informan: no laves, no planches, no… Solo les falta añadir: cuándo se te ensucie, lo tiras y te compras otro.

En nuestra sociedad podías pleitear por cualquier cosa, hoy sigues pudiendo hacerlo, pero ahora tienes que pagar las tasas (y eso coarta bastante).
Desde hace tiempo, alguien se dio cuenta de mi reflexión de hoy, y  puso mano a la tarea de “blindarse”, pero eso sí, seguimos presumiendo de tener la sociedad más garantizada de este hemisferio.






Comentarios

  1. Las garantías provienen de las leyes y, en general, en casi todos los ámbitos, hay un exceso de legislación que, muchas veces, es para suplir la falta de responsabilidad de los ciudadanos. Si fuéramos de otra manera, no haría falta legislar tanto. Por desgracia, esto está lejos de suceder...

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  2. Gracias por tu comentario amiga Laura
    Un saludo

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