Fe de vida 5
Creo que mi ejercicio con mi “llama
interna” está dándome buenos resultados, si lo mirara con técnicas de
productividad, me pondría un 10 sobre 10.
Cada vez estoy más fuerte y
me siento mejor, siento que camino por el sendero correcto con paso firme.
Mi anterior “pequeña llamita”
es ahora realmente importante, conozco de qué se alimenta, y le aporto
combustible sin parar.
El mundo sigue (si no más)
siendo un campo de batalla cruento y cruel, por él camino con soltura y
seguridad, lo que me reconforta bastante.
Hoy en una introspección,
releo mi diario manuscrito de hace más de una década, vuelven a mi memoria imágenes
y sentimientos pasados, pesadumbres y episodios llenos de pequeñas miserias
humanas, relatadas según mi estilo de entonces: pequeñas reflexiones o crónicas
no más extensas que un tuit, duras expresiones de una vida atormentada y
torturada por las circunstancias.
Veo todo lo pasado como una
película, esto me da la oportunidad de ver con perspectiva los hechos, su
desarrollo y la explicación de ello.
Mi conclusión final, es que
cuando obraba a la manera “mundana” o con criterios del mundo, erraba.
Solo en un momento cumbre de
máxima pesadumbre, me dije en voz audible por mí mismo, y así lo escribí el 14
de enero del 2001: (…) que cada cual tome su cruz, la que nos hemos merecido,
caminemos hacia nuestro “calvario”, yo tomo mi cruz (que por otra parte ya hace
tiempo que porto) y me encomiendo al Creador: “Hágase tu voluntad así en el
Cielo como en la tierra, Tú eres sabio, y sé que buscarás lo mejor para
nosotros.” (…)
Lo que sucedió más tarde,
hasta hoy, fue lo que tenía que suceder según nuestras acciones, justas e
injustas, acertadas o equivocadas, solo ahora, soy plenamente consciente de qué
tengo que hacer, cuesta mucho esfuerzo de voluntad, pero espero mantenerme
firme (mi músculo es cada vez más eficaz).
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