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Minimalismo en 1860

En mi lectura de la obra de don Benito Pérez Galdós  me encuentro muchas referencias que tienen que ver con el minimalismo, hoy quiero hablar en concreto de la novela La de Bringas que me está resultando un alegato feroz contra el consumismo crediticio que arruinaba familias y enriquecía a los prestamistas puesto que entonces no existían las entidades crediticias como hoy.

Cuenta en la novela, como la protagonista, una mujer casada con un modesto funcionario y que por la tóxica influencia de una tal marquesa Tellerías cae presa del "trapisterio" que imponían las "influencer" del momento como se dice ahora, lo que las precipitaba al desastre económico, familiar y moral.
En aquellos tiempos la salida para la mujer menos mala era casada o monja, salvo que dispusiera de dinero por herencia, el resto se apañaba malamente puesto que el mundo laboral no le era muy propicio para ellas que pocas lo conseguían, por lo que solo les quedaba el recurso tradicional de que un hombre les facilitara el dinero, y no me estoy refiriendo al dinero para subsistir, que también, me refiero al dinero para lujos y el aparentar, lo que se llamaba el "trapisterio" y las joyas para presumir y mostrar palmito.
Hoy día, la mujer con su independencia económica en su mayoría es consumidora neta de la sociedad consumista, aunque la que no tiene ese desahogo económico, se busca como tradicionalmente hizo un "cajero automático de dos patas", con lo que la ruina en este caso es de más de uno.

Muchas se han dado cuenta del infierno en que se han metido, y las más inteligentes han abrazado el tema "minimalismo".
Parece que el demonio del consumismo está en Instagram también puesto que usa lo visual "para entrar" por la vista y el ejemplo.
Aquí no queda en muy buen lugar la mujer donde se cumple el dicho misógino de Schopenhauer: La mujer es un ser de ideas cortas y cabello largo, los varones que conozco que están en esa  red social están por negocio, por sexo o porque tienen mentalidad femenil.
Lo mismo que la de Tellerías, hoy las influencer  influyen en las tendencias con miles de seguidores en las redes sociales; mi pasmo por las influencias de éstas debe ser el mismo que el que sintieron los críticos del siglo IXX sobre el mismo tema, lo que me lleva preguntarme sobre si el humano evoluciona...parece que ha evolucionado en la moda en el vestir, ahora siguen criterios más acordes con la comodidad y la salud, olvidando aquellos trajes con aquellas fajas compresoras de lo "incorrecto" y aquellos diseños tan rebuscados, pero lo que si parece que sigue vigente es el aparentar.
La frase: ahora se lleva, está vigente y las nuevas tecnologías las expanden como un rayo.
La de Tellería y sus amigas se gastaban una fortuna en dar una cena por el solo motivo de aparentar, llegando a pedir prestados los dineros necesarios para ellos y teniéndolo que devolver a un alto interés, hoy es por el mismo motivo , quieren mimetizar una personalidad, no una clase que saben que no llegan, al menos de  momento...pero al parecer les basta con la imagen (de ahí es el ejército de clones que  forman nuestras jóvenes adolescentes), el resto, el vivir en una zona exclusiva, el habitar áticos en zonas caras de la ciudad, eso solo se queda en ansia, y como siempre, esas ansias, si les acompaña un físico agradable, les lleva a perder la dignidad, aquí viene muy bien mi lema de cabecera de página: No ansíes lo que no puedes tener ni necesites lo que te puedan quitar.


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