La mujer, esa persona a utilizar y explotar.
Desde
tiempos remotos se la viene usando a conveniencia de los poderes terrenales, se
las esclaviza, otrora se las adula para conseguir sus favores o simplemente se
las engaña y manipula.
Los
medios de los que se han valido varían según las circunstancias y el momento.
Que
se necesita que la población crezca, pues la hacemos máquinas de procrear…
Que
se necesita un control poblacional, pues las manipulamos emocionalmente…
Que
es necesario su concurso en la industria, pues las volvemos a manipular y las
metemos de hoz y coz en la producción…
De
que medios se valen, todos les son útiles: la religión, el patriotismo, la
conciencia de género…
Sin
pasarnos a muchos años atrás… Cuando la gran guerra se llevó a millones de
varones a morir enfangados en las trincheras, la industria necesitó mano de
obra…
¿De
donde la sacamos y cómo? Fueron las preguntas claves: Del género femenino…
contestaron los asesores. ¿Cómo y por qué medios las sacamos del hogar?
Recurriendo
al patriotismo y al concurso de esas piradas feministas… -contestaron los
asesores…
Mano
de santo, bajo el pretexto de la liberación femenina, la liberaron de las
tareas “ingratas” de criar y educar a sus churumbeles y las metieron en la
industria, donde fueron expuestas a los nocivos contaminantes de la industria.
Todo
bajo la escenificación de alcanzar metas feministas y con abundantes toques
patrióticos…
Terminada
la gran masacre de varones en la guerra que se llevó por delante 50 millones de
muertos, el panorama resultaba bastante atractivo para los negocios…
Al
regreso a la industria de los varones, lógicamente no iban a echar a las féminas
del mercado de trabajo, con lo que había costado meterlas…
Encontraron
nuevamente una solución: El consumo, crearon la necesidad de una vivienda en
propiedad al que no la tenía, de una segunda vivienda al que la tenía, de
bienes de consumo como TV, lavadoras, aspiradoras, aparatos reproductores de música,
vacaciones en sitios exóticos, un auto cada uno etcétera…
Con
lo que se necesitaba el concurso económico de los dos…
¿Y
los hijos?
Les
ponemos guarderías, pero ellos tienen que producir para ganar y poder pagar los
bienes de consumo…
Hasta
aquí lo ya por muchas personas conocido, llegamos a la época actual, en nuestra
nación (que es lo que conozco mejor).
Nuestra
industria de consumo está necesitada y quiere ganar más dinero, por lo que se
necesita el concurso de todos en las tareas consumistas…
Tenemos
la industria de la construcción que nos reporta pingües beneficios,
hipotequemos a las personas por 30 años, démosles facilidades de endeudamiento…
Pero
si solo trabajan, la demografía bajará, está demostrado, que al subir el poder
de consumo baja la natalidad… -argumentaron algunos.
Eso
se soluciona abriendo las puertas a la emigración, que tienen cultura de
procreación y solucionamos muchos temas de un solo tiro.
Pero
ahora no tenemos el concurso de una guerra para apelar al patriotismo, ¿Cómo lo
hacemos?
Relanzamos
la lucha de género, implantamos leyes que desincentiven los matrimonios
convencionales, daremos derechos desequilibrados a las mujeres en detrimento de
los hombres, de ese modo abriremos una brecha de género… Por supuesto todo lo
arroparemos con discursos de liberación de la mujer…
El
descontrol poblacional lo controlaremos con el derecho a decidir sobre sus
cuerpos en cuestiones de aborto, con pastillas y cuantas acciones puntuales
sean necesarias…
Crearemos
si es necesario un ministerio de igualdad para controlar todo el proceso
incluido la creación de leyes convenientes al proyecto, tenemos gentes muy concienciadas
al respecto, no debéis preocuparos por ese tema… -Respondieron los asesores.
La
mujer una vez más es estafada, engañada, adulada, manipulada, usada,
esclavizada…
Y
el varón que pinta en todo este baile…
Dada
su genética, que controla su cerebro (que piensa con el pene), es otra victima
más, solo que carga además con la mácula de ser un machista (aunque no lo sea)
un asqueroso patriarca (aunque nunca manda en casa) que se le considere por el
solo hecho de ser hombre un presunto mal tratador repugnante y sea reo de
pasadas fechorías cometidas por varones del pasado…
Solo
le queda agachar la cabeza avergonzada y sobrevivir…
Solo
queda la esperanza de que mujer y varón reflexionen, se unan (pues los dos son
media naranja uno de otra) y se liberen del yugo que desde tiempos atrás tejen
sobre ellos…
Que
no se dejen arrastrar a falsas guerras de sexos que solo benefician a los
explotadores…
Pero
debo confesar, que estoy cansado, muy cansado de luchar sin éxito contra las
mentiras y manipulaciones…
Querido Alberto Antonio, recreas la mítica Avalón poniendo un toque verdadero de ideal y poesía en este mundo prosaico, a pesar de tu justo cansancio al luchar con éxito contra la falsedad. Este post es excelente, doblemente por venir de un hombre que defiende a la mujer por estar claro en que realmente no existe diferencia de valor alguna, que venga determinada por el sexo de la persona, sino es a los ojos de la necedad. Bendigo tu luz que guía y te guía. Abrazo.
ResponderEliminarQuerido amigo Gustavo, me place en sumo grado tus palabras que son linimento para mis heridas.
ResponderEliminarMe canso…efectivamente, pero saco fuerzas de flaqueza para no ceder terreno a la necedad.
Un abrazo y vuelve pronto con LOBIGUS pero os seguiré leyendo en raguniano.blogspot.com
Estimado Alberto Antonio, este artículo desgarrador, escrito hace casi 2 años, sigue con la vigencia que otorga la no evolución humana. Comparto todos los aspectos de tu exposición. Yo también soy un defensor de la igualdad y la justicia. Sólo espero no desfallecer de mengua ante tanta indiferencia. Pero al leer textos como el tuyo vuelvo a agarrar ánimos y me fortalezco porque veo que no estoy solo. Gracias por darme ímpetu.
ResponderEliminarSi no tienes inconveniente, puse tu blog como referencia en los blogs recomendados por http://raguniano.blogspot.com/
Un fuerte abrazo desde Venezuela.
Rafael Baralt
Estimado Rafael, gracias por tu apoyo, gracias por ser como eres y muchas gracias por poner mi tribuna entre tan ilustres blog, que por supuesto no tengo ningún inconveniente.
ResponderEliminarUn abrazote desde España
Alberto Antonio (Ávalon)