Experimento vital.
Una
ventaja que tengo como persona mayor, con respecto a otra persona de menos
años, es que tengo hechos vividos suficientes en número, fotografiados en mi
memoria, para disponerlos en secuencias. Estas secuencias pueden contar unos acontecimientos,
que por separado no tienen explicación coherente, son solo hechos pasados, sin
por qué ni para qué.
Pero
inteligentemente examinados, son miembros de un guión, y ya con un sentido. A
veces el sentido de unos hechos ocurridos años antes, tienen su explicación
años después.
Me he
aplicado a mí mismo esta teoría (como siempre hago) y he encontrado explicación
a hechos vividos por mi mismo, su explicación me ha turbado bastante, he
descubierto cosas y tendencias propias que estaban ocultas a mi entendimiento
de corto alcance.
Las
personas observamos generalmente sin perspectiva, a corto alcance, con lupa de
4 aumentos por ejemplo, si cambiamos la perspectiva, ángulo, distancia de
enfoque u otro parámetro, veremos otras formas y direcciones.
En una
película, una serie de fotogramas, puede representar un drama, un crimen o una apasionada escena de
sexo, todo depende de la escala de observación.
Los que
hayan escrito un guión vivo de su vida, o los que tengan memoria suficiente, y lo
escriban retrospectivamente, pueden encontrar con los años una explicación a
sus propias derivas y acontecimientos.
Esta
experiencia propia, me ha descubierto la explicación a los misteriosos
resultados que me acontecieron en mi existencia, yo los atribuía a la “baraka”,
a un geniecillo guardián e irónico que me protegía o me reprendía
indistintamente según el caso, pero solo ahora he descubierto lo que era. Nada
ocurre sin consecuencias, en el humano nada es al azar, aunque lo parezca y así
lo creyera durante muchos años, mi pensamiento cientificista no me permitía pensar de otra manera, estaba errado.
He
descubierto, por ejemplo, que fui en una etapa instrumento de la Providencia para reírse
de algunos “sabios” de este mundo, a los que puso en ridículo por medio mío.
Otras
veces somos el instrumento por el que el necio o el malvado se ve descubierto.
Cada
vida nuestra está trufada de acontecimientos, que unas veces diremos que es
producto de nuestra valía personal, otras de la fortuna traviesa y caprichosa,
otros están convencidos de su signo astrológico, pero la verdad solo la
podremos saber cuando podamos ver el guión lo más completo posible.
En ese
guión está una parte importante, el libre albedrío.
En una
ocasión de la que tengo constancia personal ahora, haciendo uso tenaz de mi libre
albedrío, erré de manera manifiesta, desoí las alarmas, y en mi ejercicio de
libre albedrío, erré y tardé años en corregir el rumbo. Pero eso solo lo puedo
saber hoy, cuando veo una secuencia larga, tan larga como solo lo puede
presentar los años de vida, recuerdo esa frase de una persona que ha estado al
borde de la muerte, que siempre dice “La película de mi vida, pasó ante mí en
segundos” y gracias a esa “película” al sobrevivir, su vida cambia de manera
sustancial, ya no es la misma, ya todo lo ve diferente, pues todo tiene una
explicación.
Todos
tenemos un guión, los más jóvenes es un “corto” los mayores un “largo”, pero
todos podemos hacer un “visionado” de esa película; encontraremos explicaciones
e indicadores de en qué dirección vamos, de nosotros dependerá el resultado
final.
En mi caso en particular, he descubierto que núnca he estado abandonado, que siempre he sido protegido, incluso de mi mismo, que a veces uno mismo es su mayor enemigo, cuando he tenido esta costatación, mi vida ha dado un vuelco enorme, he visto el camino, ya no quiero dejarlo, cierto que no es llano, que tiene piedras en el camino y muchos peligros me acechan, pero camino con soltura pues veo luz en el camino y no voy a oscuras, camino sin miedo y con confianza, pues Dios es mi compañero.
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