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Mostrando entradas de diciembre, 2012

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Nosotros, los prescindibles.

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Pinchar para ver grande Hubo un tiempo en que engañados nos sentíamos imprescindibles… Pronto nos bajaron del burro, nos lo demostraron con hechos como contratar a subcontratas, instalar robot que aunque simples por entonces decían que eran más productivos que nosotros (no valoraban el coste de instalación y mantenimiento). A los que quedábamos atados a las cadenas de producción, automatizaron al máximo los procesos de producción, convirtiendo nuestro trabajo en repetitivo, aburrido y  castrante… Algunos nos reconvertimos en profesionales de oficio, nos formamos en la excelencia en nuestra faena:  la instalación necesaria para la puesta en marcha de la maquinaria de producción. Reparábamos los mecanismos para la maquinaria de producción masiva… Analizábamos la circuitería y reponíamos el componente quemado… Mas pronto que tarde, nada de esto era ya necesario, nos sustituyeron por lo que llamábamos “cambia placas”; un dispositivo señalaba la placa con defecto co

“El problema” en Navidad.

Esta fechas en esta parte del mundo que conozco y en la que vivo, estas llamadas “fiestas entrañables” son más un problema que una fiesta propiamente dicha. ¿Cuál es el problema, nosotros o las fiestas? El problema es nuestra forma de vivir y de enfocar la propia vida. Trato de implementar la filosofía minimalista también a estos aspectos de nuestras vidas… ¿Por qué la filosofía minimalista y no la cristiana como es la fe en que me educaron? Porque el actual modo de vida está tan alejado de la filosofía cristiana como un huevo de chocolate de uno de gallina. Me ha sido arrancado de mi vida toda la forma de vida cristiana por esta sociedad paganizada, mercantilizada y amoral. Trato de fusionar la filosofía cristiana con la forma de vida minimalista que ambas tienen muchísimo en común… Los sentimientos de amor más profundo parten de mi alma cristiana y la práctica y el afrontar la vida le aplico el modo minimalista,  en los escollos que me encuentro en

¿Cuándo debemos parar?

El ser humano en la infancia se adapta por medio del juego a la que será su vida de adulto, se entrena en diferentes roles y si nos fijamos en ellos ya manifiestan sus preferencias, otra cosa será que las circunstancias se lo permitan, pero la substancia base, el cemento está en él… que tarde o temprano saldrá a la luz. Las “circunstancias” (muchas veces impuestas) le fuerzan a una posición de partida o a una postura de la que le es muy difícil salir… En cierta ocasión describía mi forzada postura en la que me sentía prisionero sin otra alternativa que seguir para adelante… Empleé una figura retórica para ilustrar mis sentimientos: “Me siento como si me hubieran sentado en el sillín de una bicicleta y me hubiesen atado los pies a los pedales… si dejo de pedalear, me caeré haciéndome daño” La mayoría de las personas se ven impulsadas por ¿la impronta genética, por la conveniencia social, por la propia supervivencia? a formarse, trabajar, formar una familia y criar una pr

Los malos hábitos.

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Venimos siendo atacados el colectivo de personas sin empleo por las hordas neoliberales de mil maneras ya hace años. La ciudadanía ya le ha rebosado el vaso del aguante y muchos hemos tomado carta de activistas antineoliberales (con sobrados motivos para ello). El adorno al pastel neoliberal la acaba de poner el hasta ahora secretario general de la organización para la cooperación y el desarrollo económico, (OCDE) el mexicano (para deshonra de México y de los mexicanos) José Ángel Gurría. Este alumno de la llamada “escuela de Chicago” neoliberal a calzón quitado en una charla en España ha soltado una frase que ha causado alarma social en todos los sitios… Transcribo la frase tomada de una grabación directa: “Si usted lleva un año de no  trabajar…y usted salió la semana pasada de otro trabajo…pues le tomo a usted…porque tiene la disciplina, porque tiene el ritmo, porque tiene la cultura etc…el otro señor lleva un año sin trabajar…quién sabe qué malos hábitos haya a

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