Indultar por ser un símbolo.
Para
realizar un proyecto, necesito rescatar las herramientas profesionales que me
guardan en un altillo desde hace cinco años ya…
Bajo
dos cajas que previamente rotulé su contenido; las herramientas ya están por
fin a mi disposición dispuestas a usarse…
¡Que
recuerdos me traen a la memoria su olor y su peso!
La
otra caja contiene manuales de montaje de unos aparatos que preciso, pero
contiene además una sorpresa: mi pequeño reloj digital con avisador acústico
(en el tiempo en que lo compré era una novedad tecnológica) que no me acordaba
que lo había introducido en esa caja…
Para
mi sorpresa, después de 5 años sigue marcando el ritmo de mi vida, de una vida
ya periclitada…
Ha
estado marcando mi tiempo pasado, constante, sin fallo, independientemente de
los avatares pasados por mí desde la oscuridad del fondo de una caja en un
altillo…
Sorprendido
de que aún funcione, abro el compartimiento de las pilas, observando el grave
deterioro de las mismas.
El
derrame del interior de las pilas ha afectado a las conexiones corroyéndolas
gravemente, pero por fortuna de los movimientos del traslado, estaba en una
posición que no facilitaba que el líquido penetrara en los circuitos electrónicos.
Procedo
a su limpieza y la sustitución de un contacto similar, y ya con pilas nuevas, INDULTADO en premio a su resistencia,
lo sitúo en lugar preferente para que siga acompañándome con sus sincronizados
pulsos el resto de nuestra vida.
No
me hace falta, pues dispongo de múltiples relojes (incluidos el móvil y el PC)
pero gracias a su resistencia ya no es un reloj, es un símbolo de tenacidad y
supervivencia.
Es
pequeño, discreto y austero en su presentación, ni siquiera dispone de
calendario, solo marca el tiempo con exactitud y visualmente eficiente.
¿Para
que necesito más?
Hay
posesiones que ganan puestos en nuestra estima, como dice mi amigo Omar en su
entrada que me inspira ésta, Análisis realista en base a los recuerdos que nos traen,
pero otros objetos alcanzan el grado de símbolos.
El
desapego lo podemos realizar sobre los objetos que nos atan por los recuerdos…pero
¿Podemos realizar un des-apego a un símbolo, es siquiera bueno?
De
las dos cajas abiertas, su contenido vuelve a tener sentido, pero han traído
consigo una inesperada sorpresa: un símbolo,
que lo es por mi percepción actual de las cosas desde el desarrollo de la nueva
personalidad que he adquirido desde la reflexión…
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