Experimento involuntario.
Mi
ordenador está precisando de mi atención plena desde hace una semana.
Este
acontecimiento ha llegado a dejarme fuera de juego de las redes sociales, al
tener que ocuparme de su configuración desde el inicio, he llegado a cambiar
hasta el sistema operativo; vamos que he tenido que actualizarlo un “poquito”.
Por
estas razones he vuelto a mis principios: “el acudir a los locutorios para leer
los correos”.
Con
tantas descargas y recargas, me he quedado sin datos en la cuenta, con lo que
ahora estaré hasta que recupere Mgb en
el “pleistoceno informático”, con unas conexiones anacrónicas de 100Kb por
segundo, cuya lentitud me impide por tiempo entrar en web con gráficos o
vídeos, solo puedo leer los correos con “vista básica” como ellos la llaman,
más un twitter muy lento.
Como de
todo acontecimiento que vivo, tengo que sacar conclusiones, éste no va a ser
menos, y os lo cuento:
Recurro
a las listas de positivo o negativo (+/-).
·
(+
y -) No puedo leer prensa online.
·
(+)
Las conexiones lentas me obligan a entretener el tiempo entre las descargas en
hacer tareas diversas que normalmente son relegadas por la navegación activa y
rápida.
·
(+)
Nuevo criterio de productividad, ya no prima el volumen de información buscada,
solo la calidad reflexionada en el propio momento.
·
(+)
Ya no tengo nada más que una pestaña abierta, con lo que pro castrino menos.
·
(-)No puedo ver online videos ni fotografías.
·
(-) No puedo hacer video conferencias.
·
(+)
Al funcionar el ordenador de manera rápida, hace más atractivo el escribir (por
comparación con la tortura de la navegación lenta).
·
(+)
Mis intervenciones en la navegación son más prudentes, más pausadas y
meditadas.
·
(-) La lentitud me impide leer blog amigos por su “peso”.
He
sacado una conclusión de calado:
“La
cadena esclavizante del mundo consumista, que te hace quedarte sin tiempo para
atender a tu familia (por ejemplo), para la reflexión personal, por la
necesidad de ocuparte en producir capital para atender los múltiples pagos a
que te obliga esta sociedad, lo mismo hace esta capacidad de navegar
velozmente, te hace estar “enganchado” permanentemente a la red, impidiendo que
tengas tiempo de pensar, meditar, leer un libro o realizar cualquier otra
actividad que no sea la de estar permanentemente pendiente de la red de redes”.
Es una superconclusión, amigo. Con tu permiso, te citaré en un próximo artículo.
ResponderEliminarMe gusta el concepto de "experimento involuntario", que supone convertir la experiencia en materia de observación.
Me agrada mucho que te guste amigo Homo Minimus, tiene naturalmente permiso para citarme y es un honor que lo hagas tu.
EliminarUn abrazo
Me pasó hace poco algo parecido, estuve una semana en una obra en el extranjero, solo tenía internet donde dormía. Lo que hacía era imprimir varios documentos en pdf por las mañanas para leer durante el día en tiempos muertos. Era como ir al desayuno buffet en un hotel y prepararte una bolsa con comida para el resto del día.
ResponderEliminar
EliminarConstituyó un “desayuno punto 0” además de leerlo más sosegadamente y de ese modo la comprensión mejora bastante, en la infoxicación perdemos matices del texto debido a la rapidez o avidez de leerlo.
Un abrazo