Amor correspondido
Gracias a la
constante observación de mi entorno me permite dar con casos humanos que me
reconcilian con mi sociedad, donde son más
visibles los hechos negativos que los positivos (que los positivos existen es
un hecho, los hay y son muy numerosos, pero permanecen ocultos las más de las
veces por su timidez natural, normalmente lo bueno y sencillo es humilde y tímido)
el caso es que hasta que le pueda poner cara y nombre, solo va a ser una
historia urbana que os comparto.
En mis salidas
exploratorias por la gran ciudad, me había tropezado con algo inusual, el
comportamiento de los protagonistas de esta historia sin nombre (de momento) un
hombre joven que está por la treintena y un perro mestizo.
No paseaban de
la forma habitual, el perro olisqueaba todo lo que estaba a su alcance, pero el
joven “pastoreaba” con suaves tirones de la correa, parecía que más que
pastorear se le podría decir “timoneaba” la dirección a seguir al perro.
Definitivamente
era muy poco usual el comportamiento de ambos.
Me estoy
despidiendo de la persona con la que charlaba, (vecino veterano del barrio)
cuando pasa por nuestro lado el joven y su perro.
-Es muy curioso la historia de ese perro (me dice mi amigo).
-¿La conoces?
-No, cuéntamela
(respondo ansioso por conocerla)
-Pues resulta
que ese perro que ya es adulto, se ha quedado ciego total, y el veterinario le
aconseja que lo sacrifique. Él se ha negado en redondo, dice que con los
momentos tan felices que le ha proporcionado, no le va a pagar sacrificándolo,
que de salud está bien y muestra ganas de vivir, solo que ha perdido el sentido
de la vista. Y ahí lo tienes, todos los días llueva o no, haga frío o calor el
joven es el lazarillo del perro, solo lo “timonea” para que no se dé un golpe
contra cualquier barrera urbana de las muchas que hay en la ciudad.
Ahora comprendo
el comportamiento tan poco usual del hombre y el perro.
Más adelante,
conocida esta historia la próxima vez que me los cruce, tengo decidido abordar
al joven. De ese encuentro dependerá que tenga mi historia cara y nombre; además,
otra información que me ha llegado sobre estos seres, parece ser que hay una
historia humana más grande, donde el perro es solo una parte.
Como digo si
ello es posible, os lo compartiré, de lo contrario nos quedaremos con esta
ejemplar historia de amor y entrega entre especies diferentes.
Otra entrada posterior que se corresponde a la Navidad del 2016:
Es mi amigo y tiene un corazón enorme. Orgullosa de él es poco. Ahora tiene otra historia muy bonita, el amor que siente por los animales es de otro mundo
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