Historia perversa de un 14 de febrero, (San Valentín)
Es una historia
real, la cuento según me la contaron con alguna licencia literaria…
Me decido a
escribirla inspirado por la entrada de mi colega y sin embargo amigo Iván, http://entusiasmado.us6.list-manage2.com/track/click?u=b56d8c5387a6309d68abdd969&id=025878e885&e=186bec0aab
Historia dura y
amarga que pone un contraste entre lo almibarado de la tradición comercial y
algunas realidades.
Aquel 14 de
febrero amaneció gris y frío, como presagiando lo venidero, los protagonistas
de esta historia son Ella y su esposo El (nombres ficticios).
Había sido un día
duro de trabajo para El, pasadas las 20 horas estaba entrando por la cancela
del chalet, como de costumbre salió a su encuentro la perra, que con su
habitual alegría manifestaba la bienvenida con saltos y meneo de rabo.
El portaba en la
mano un gran ramo de flores que había comprado ese día para conmemorar el día
de los enamorados 14 de febrero, San Valentín, tuvo que tener cuidado pues la
perra quería comérselo…
El se prometía
una cena con velas y una noche de amor.
Al escuchar el
ruido, se asoma a la ventana el hijo de Ella, adolescente de 17 años y le pregunta
por el paradero de máma, pues creía que venía con El.
-¿No está aquí,
pues dónde está? (preguntó El extrañado).
-Máma se fue al
carnaval y pensé que te habría llamado para que fueras a por ella –responde el
adolescente-
-¿Por qué me
habría de llamar?
-Por lo ocurrido
al tío Santi (responde)
-¿Qué le ha
pasado a Santi?
- Está en coma
en el hospital.
El se queda
pasmado, recuerda que Ella le habló de ese carnaval de una ciudad próxima, que
su grupo del taller de cultura iba a ir y quería ir ella también, que El le
respondió que no le gustaba que fuera al carnaval y menos sin él, que si quería
bailar y divertirse, que irían juntos. Y que ante su negativa Ella se enfadó
bastante.
Y por lo que
parece, tomó la decisión de no hacer caso de su opinión y rebelde fue con el
grupo.
La cabeza de El era
un torbellino de ideas y casi todas malas y violentas, se la imaginó solazándose
con varones desconocidos en una juerga de licor y sexo.
Un carnaval es
eso, es una fiesta carnal como su nombre indica, donde las pasiones
desenfrenadas son las reinas.
En esta
tormenta, mira la mano y ve el adornado ramo de flores que aún porta en la
mano, lo arroja con asco al cubo de la basura del exterior para que nadie lo
vea y penetra en la casa, el adolescente se está comiendo un pizza y jugando
con el ordenador.
Cae derrumbado
por el peso de sus tribulaciones en el sofá con la mirada perdida en la nada,
mientras millones de pensamientos negativos azotan su cerebro.
21:30 horas, lo
saca de su estupor el estruendo de un trueno con relámpagos muy cercano, está
lloviendo a mares, (cae agua como pocas veces cae), el ladrido lastimero de la
perra le hace recordar el miedo cerval del perro ante las tormentas eléctricas,
se levanta y hace pasar dentro de la casa a la perra, fuera observa como
cascadas de agua bajan escaleras abajo del porche.
Una vez salido
del estupor inicial, piensa fríamente en lo acontecido y hace análisis de la
situación:
Llueve a mares,
luego es posible que Ella necesite de chofer, acción: desconectar el teléfono.
¿Por qué no le
ha llamado al móvil para que fuera por ella?
Segundo,
alimentar el cuerpo preparándose una cena adecuada.
Fuera sigue
lloviendo de forma intensa, terminada la cena, se dispone a esperar acontecimientos
viendo la tele, ironía: están dando varias películas sobre el amor en el día de
los enamorados.
23:45 La perra
se pone en alerta y escucha el ruido de la cancela, es la esposa perdida que
regresa al hogar, acción inmediata: volver a conectar el teléfono.
Se abre la
puerta y en el dintel aparece una figura de mujer desconocida, es una mujer con
toda la pintura corrida por el efecto del agua, un pelo lacio y liso que
chorrea agua sobre un vestido de fiesta que ha cambiado de color por el efecto “mojado”,
a El le cuesta reconocer a Ella, con paso calmado se dirige hacia ella y le
dice cariñoso: “Cariño ¿qué te ha pasado?”
Ella sin
responder se lanza al teléfono para comprobar su funcionamiento, sorprendida de
que funcione: dice te he estado llamando toda la noche…
-Pues aquí no ha
sonado, posiblemente la tormenta haya cortado la línea en algún momento…pero
bueno, ¿como no has venido antes? Por lo menos espero que te hayas divertido
(dice El con cariñoso tono).
- Es que nos
llevaron en autobús y hasta que no terminó todo no nos han traído.
-¿Pero no te ha
acercado nadie hasta la urbanización?
-No.
-Pues vaya grupo
de amigos que tienes, entre 90 nadie ha podido acercarte con el coche, no me
extraña que vengas tan empapada, pasa al baño date una ducha y cámbiate no
vayas a enfermar.
Pasada la ducha,
sale y le pregunta El ¿Quieres que te prepare algo de comer?
-Me voy a
acostar no podría tomar nada después del día que he tenido, desde que me llamó
mi hijo sobre las cinco he estado viendo bailar a todos… ¡Para una vez que
salgo, va y me ocurre esto!
-Ya te dije que
si querías bailar, me lo hubieses dicho y hubiera ido yo al baile, (responde El
sin decirle nada más).
Esa noche de
amor del día de los enamorados, fue absolutamente perversa para ambos, y por
supuesto algo muy profundo cambió.
Pues no acaba muy bien la cosa no.
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