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Re- edición una (acciones y consecuencias)



Cuento en segunda persona un hecho real, que ya en su tiempo me llevó a profundas reflexiones sobre la vida.
Desde hace tiempo creo saber que todo lo que nos ocurre en nuestro entorno, las personas que aparecen o desaparecen en nuestra vida, son parte de un plan, que están, aparecen o desaparecen para que aprendamos una lección de vida, nada hay casual, todo tiene un fin, nosotros solo debemos fluir con el entorno como nuestro espíritu nos guíe y aprender de la lección práctica que nos ofrece.

Arrancamos de su entorno de libertad a un ser libre, que fue dotado de alas para mayor expansión de su libertad, y en nuestro egoísmo humano lo encerramos en una jaula donde ya no se tiene que buscar el sustento, hasta el necesario Sol que con su luz nos llena de alegría le damos trasladando la jaula a un lugar soleado y abrigado de las corrientes de aire.
Sometida su libertad mortal le damos "una zona de confort" que le hará vivir más tiempo con la consecuencia de darle tiempo a que las diversas enfermedades anexas al largo tiempo vivido le alcancen. 

No es poco frecuente observar en nuestras mascotas enfermedades propias nuestras como las cataratas en los ojos, el colesterol, la artrosis...la vejez y el deterioro natural de todos los cuerpos que se crían bajo el Sol.
Pero en esa zona de confort le hemos quitado no solo la libertad, le hemos quitado la propia esencia de la vida: la lucha por la supervivencia, por perpetuarse como especie, a veces las castramos "para que se tranquilicen".
Si pudiese preguntar a mi mascota si le parece bien que le haya quitado su libertad para mi solaz aunque le pueda asegurar una "vida" sin los sobresaltos de la propia vida que le fue dada pero pagando todo ese peaje adjunto, me imagino que me contestaría.
Pero no hablan...sólo los ojos de esos perros abandonados por su "amo" dios, ésos si hablan, mejor, gritan lo que piensan: ¡él no lo haría!

Después de mi reflexión, hoy inter-actuo facilitando pequeñas ayudas en mi entorno.


 Cuantas veces queriendo, o creyendo hacer un bien, inferimos un daño… Por una falta de reflexión y quizás un exceso de celo…
Pongo como explicación lo que le sucedió a un conocido hace algún tiempo con su jilguero…
Este conocido poseía un jilguero que compró junto con una minúscula jaula de madera y alambre…
Como era suficiente para que el jilguero saltara de un lado a otro, dilató en el tiempo el mejorar la “solución habitacional” del pajarillo…
Con el tiempo, el híper activo pajarillo logró erosionar la base de madera que sustentaba varios barrotes con las acciones de afilado del pico.
Ante la perspectiva de su fuga (ya había pasado a formar parte de él) aterrorizado, creyó que había llegado la hora de dotarle a su pajarillo compañero de tantas horas de un sitio digno…
Buscó en su mermado monedero y gastándose un dinero desmesurado para su estatus económico, metió al jilguero en su nueva jaula dorada, dotada de varios columpios y modernos bebederos y comederos…
Tirando la vieja y obsoleta jaula al trastero de cosas inútiles…
Que feliz se sintió de devolver a su alado amigo un poco de calidad de vida en pago de tantas horas de musical compañía…
Pasado una hora, observó que el pajarillo no se movía del rincón donde fue a parar cuando lo soltó en el nuevo “palacio”.
Quedó confuso con el comportamiento del alado amigo, y decidió animarle a moverse, pues ya había observado que ni comía y ni tomaba sus frecuentes tragos de agua…
Pero el pajarillo antes los repetidos golpecitos en los alambres dados con el dedo, se volvía “loco” dando saltos y golpeándose con todo, acababa derrumbado con grotesca pose en cualquier rincón…
Pasadas unas horas, ante la ausencia de bebida, optó por tomar amorosamente al jilguero y arrimándole al bebedero, éste tomo varios tragos de agua demostrando la sed que le dominaba…
¿Qué le pasa a mi amor? Se preguntó…
Tras una observación más cercana y ya con las gafas puestas… observó horrorizado que su amigo estaba ciego… sufría unas enormes cataratas que le impedían ver, cosa que al ir sucediendo paulatinamente (había pasado años en su primitiva jaula) no lo había notado, puesto que el pajarillo había memorizado la jaula por completo…
Resulta que habían envejecido juntos y al ser la expectativa vital más acelerada en el pájaro que en él, su alado amigo era ya un anciano que estaba pagando el precio de estar vivo todavía…
Ante esta realidad, corrió al desván de los trastos inútiles recuperando la vieja jaula, que aseó con primoroso cuidado teniendo sumo cuidado en colocar todos los palos y columpios en su exacto sitio…
Volvió a colocar a su amigo en lo que fue su hogar de toda la vida y el jilguero, al notar que estaba en su casa, saltó directo al comedero, al bebedero varias veces… terminando columpiándose alegre y feliz mientras trinaba alegre…
Mi amigo se sentó a su lado observándole arrobado… y ya no se separaron hasta la muerte varios años mas tarde del jilguero…
Por esto mismo es muy importante el reflexionar sobre las consecuencias de nuestras iniciativas…

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