Translate

Re edición siete (vuelta a casa)

Como una vuelta a casa, de ese modo me siento, al día de hoy en fecha en que la publico me siento robusto, la savia corrosiva que me invadió es mínima ya, y en caída, pero es mucho más fuerte de lo que al principio pensé, pero estoy consiguiendo expulsarla toda, hasta la limpieza total.
Es increíble la libertad que experimento, ya pocas cosas me agobian, y cuando lo hacen, con un solo pensamiento las elimino, a veces tengo que recurrir a un solo pensamiento, simple y sencillo reclamando ayuda, se me da al instante, es algo sorprendente, la primera vez que lo hice y comprobé el resultado me sorprendí a mí mismo y casi entro en chock, fue solo un instante el desconcierto, pero enseguida me repuse y ya no me sorprendo, sé que es lo que ocurrirá porque ya es algo habitual.
Como corro el peligro de creerme invulnerable, la vida me da una lección dura de vez en cuando, como si quisiera recordarme que soy finito, débil e insignificante, solo tengo que aceptarlo y confiar en el ejercicio de limpieza emprendido y casi completado.
La savia corrosiva se muestra de diferentes maneras, a veces se manifiesta alimentando tu ego y tu soberbia, disfrazada de excesiva confianza o prepotencia.


http://erikjohanssonphoto.com/work/angry-ants/

..........................................................................
El mirar en mi interior junto con las “viejas palabras de vida” encontradas arrinconadas por el “mundanismo” realista, me ha dado la claves para muchas cosas que me conmueven.
Soy objeto de estudio por mi mismo para entender al ser humano con quien convivo, y al mismo tiempo entender al resto.
Estamos siendo constantemente atacados de “mundanismo”.
mundano, na.
(Del lat. mundānus).
1. adj. Perteneciente o relativo al mundo.
2. adj. Dicho de una persona: Que atiende demasiado a las cosas del mundo, a sus pompas y placeres.

Nuestros contactos con los asuntos mundanos, nos tienden unas ataduras que se introducen en el cuerpo y cambian nuestra sangre por su savia corrosiva.
Esa savia corrosiva que poco a poco sustituye el fluido sanguíneo natural asfixia la llama del alma, que es la que alimenta el escudo de fuerza que te blinda de los ataques enemigos.
Ese escudo es del tamaño que seamos capaces de construir por medio de alimentar esa llama interior, que dependiendo de nuestra capacidad puede abarcar más  espacio exterior o estar simplemente pegada a la piel como una media, e incluso tener rotos por donde se introducirían las raíces del mundo. 
Lo ideal sería el disponer de una burbuja protectora total alrededor del cuerpo con cero contactos con el mundo emisor de esas raíces invasoras.

Una vez que quedas atrapado por esas raíces, ya eres su prisionero, su esclavo.
Serás de uso y disfrute para el mundo, que te devorará.
Aún en ese caso, no todo está perdido, si todavía eres capaz de alimentar esa llamita con el poco fluido bueno que tengas, se hará cada vez más grande, crecerá de manera exponencial pues es mucho más fuerte que la savia corrosiva y podrás regenerarte siempre que conserves un resto de humano libre.
Y en eso me encuentro, alimentando mi pequeña llama, que ya la noto más grande, que está regenerando mi escudo de fuerza, poco a poco, pero sin pausa, como el gimnasta que hace “músculo”, me gustaría poder llegar a completar la esfera alrededor mío antes de que mi ciclo vital finalice.

Comentarios

Contactar con el autor del blog La Tribuna de Ávalon

Por medio de este correo puedes comunicarme todo lo que deseéis: asamblea.reflexion@gmail.com

Entradas populares de este blog

Papá, te compro una hora de tu tiempo.

Nuevos comentarios comentados XIII

La sociedad en que vivo y sus motivaciones y objetivos.