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Una hormiga

 Una hormiga de menos de un milímetro, a la que  he estado observando en el suelo de mi comedor, me ha suscitado una reflexión sobre nosotros y el mundo en que nos movemos con nuestros miedos y nuestras neuras.


Se movía con un rumbo incierto e ignoto para mí, -intuyo que era una exploradora- impasible a mi “enorme presencia” que podía aplastarla en mi movimiento por la habitación, eso al parecer no era su preocupación, sorprendido por ello, golpéo con un bastón a un centímetro de ella, y ni se inmuta, impertérrita sigue su errático rumbo.

Más tarde tengo que pasar la fregona, por supuesto la friego también a ella que no pudo escapar de la fregada, pero me malicio que eso da igual, otra la sustituye en su labor prontamente.


Decido hacer un experimento: dejo un pequeñísimo trozo de brócoli con mahonesa de mi cena, y espero, horas después, hay un reguero de hormigas que disciplinadamente rodean ese montoncito de brócoli con mahonesa, son lo menos más de cien pequeñas hormigas, todas rubias y de no más de un milímetro de longitud, me fijo y no transportan nada, de hecho vienen y no vuelven, sino que se quedan al festín.

El reguero va desde la puerta de la calle (estoy en un bajo) hasta el montoncito, unos dos metros aproximadamente, de lo que deduzco que alguna exploradora había encontrado el brócoli y había llamado a las otras.


Doy por terminado el experimento, y con un recogedor, y un cepillo traslado la fiesta a la calle donde seguramente está el nido.


Lo mismo nos pasa en la vida cotidiana, seres minúsculos caminan por el suelo con nuestra ignorancia de ello, a muchos aplastaremos con nuestro deambular, pero eso a ellos no les supone un problema, su vida sigue tal cual está establecida.


¿Por qué el humano está tan preocupado por todo? 

¿Por el tamaño? 

Más grande es una vaca y no sé que esté preocupada por el porvenir, pues si tiene comida y no la molestan, no se preocupan, no tienen conciencia del riesgo que es su vida, que acabarán en nuestra mesa.

Tiene que ser por algo que muchos niegan porque no saben explicar.


¿Es más una comunidad humana que una colonia de hormigas?

Desde luego son diferentes, pero son igualmente complejas una y otra. 


La colonia de hormigas al parecer funciona como un organismo único de muchos individuos, el humano es un organismo único con todos sus miembros integrados en un solo cuerpo, en que cada uno es igual de importante que el otro.


El humano se asocia para sobrevivir a otro humano y forma una colonia y cuantas más colonias se unan, mejor sobrevivirán, pero en ello está el problema, siempre se necesitará un organismo líder, en los insectos lo tienen mejor, pero en el humano es el problema que les complica la vida.


El humano es trascendente, y al parecer los insectos no -pero eso lo ignoramos y quizás son trascendentes a su manera- ¿Y si no que alguien me explique por qué algunas hormigas entierran a sus muertos?  ¿Qué gana la colonia con rescatar las carroñas de sus compañeras caídas a gran distancia del hormiguero?


Volviendo al peligro de que las aplasten y su indiferencia ante ello, si nosotros, los humanos, viéramos acercarse un objeto  amenazando con caer sobre nosotros, creo que nadie permanecería impasible, luego eso para mí sigue siendo un misterio esa falta de instinto de supervivencia, que sí percibo en otras especies animales que huyen ante el peligro.


En nuestra colonia de colonias que es nuestra sociedad, algunas organismos que forman otras colonias, se están dedicando a aterrorizar al resto de colonias individuales por medio de exacerbar el instinto de supervivencia propio de cada colonia individual, logrando que ese instinto le lleve a una dependencia psicológica de la colonia aterrorizadora que la esclaviza usando ese instinto que sí tienen las colonias individuales humanas.  

 Si nuestras colonias tuvieran la ausencia de ese instinto -que normalmente les paralizan-  de exagerada supervivencia, y fueran más impertérritas ante los peligros que siempre existen en el vivir, ganarían en libertad ante las colonias esclavizadoras.


El tema actual del covid es un paradigma de lo que digo, en este caso es algo que no se ve, solo es fe en lo que afirman las colonias aterrorizadoras, individualmente cada colonia individual no tiene constancia real, sólo es la receptora de señales de alarma de otras colonias que la contagian del terror que ellas misma tienen, el resultado es una obediencia a las colonias regidoras, sin criterio propio y de forma automática, habiéndose transmutado -como las colonias de insectos- en una colonia sumisa a la directriz de la reina y a los planes generales que esa “reina” tenga.







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