Feliz año 2016
El viernes por la noche recibí un correo inesperado, era un recuerdo y una felicitación para estas fiestas con buenos deseos; viene siendo normal en nuestras relaciones humanas civilizadas, pero lo que se salía de la normalidad eran los que me felicitaban: Álvaro y Lola. Para poner en contexto la situación tendremos que recordar lo que acaeció el pasado 1 de junio de este año que termina, que conté en una entrada con el título de “Amor correspondido” y más tarde en un encuentro que también publicité en la entrada que titulé “Amor correspondido (la entrevista).” En esa entrada decía: “En mis salidas exploratorias por la gran ciudad, me había tropezado con algo inusual, el comportamiento de los protagonistas de esta historia sin nombre (de momento) un hombre joven que está por la treintena y un perro mestizo.” Tierna y entrañable historia de amor inter especies, hablo de amor de corazón, no de sensaciones de pasión mundana, de “almaabrazos” como dice mi amiga Alin